La temporada incrementa el disfrute de este alojamiento. Las bondades climatológicas de Lanzarote durante el mes de septiembre, cielo limpio azul, sin apenas nubes, alrededor de 25 grados y sin viento, la estancia en Hotel Los Fariones resulta una experiencia redonda. Soltar las maletas, abrir las cortinas y el portón que nos dirige a la terraza de nuestra habitación. Este año nos tocó mirando a playa Grande. Esta primera panorámica te empieza a dejar como nuevo, quitándote a marchas forzadas el estrés que puedas llevar encima.
Sin embargo, cuando bajas a los jardines y zonas comunes, esa primera sensación de disfrute y confort se acelera a pasos agigantados. Acomodados en la piscina principal tenemos oportunidades diversas para darnos el chapuzón. En la piscina, claro, climatizada y rodeada de vegetación. En el plato helado que mira al Atlántico. Y, por supuesto, en la calita de doña Juana. La playa del hotel. Coqueta y simpática, siempre en calma. Allá cuando chinijos también gozábamos del pequeño muellito, también en los dominios del hotel. Se trata de un poker de baños, cada uno con sus particularidades, pero que mantienen una seña de identidad: Lujazo.
Un desayuno y cena inolvidables
Resulta absurdo alojarse exclusivamente en Hotel Los Fariones. La razón es que, además de contar con un completo buffet, ningún hotel de Lanzarote ofrece un emplazamiento como éste. En medio de los jardines y con la playita solitaria a estas horas del desayuno. En media pensión, la atmósfera nocturna de estos jardines y el arrullo de la cercana marea se tornan en bendición.
Tiempo para todo
Un paseo matutino, después del desayuno, a través de la orilla de playa Grande o por el atractivo bulevard turístico de Puerto del Carmen. Alternamos los baños en el muellito del mismo hotel, en sus piscinas y en las playas vecinas. Jugamos a pádel en el Centro Deportivo Fariones, propiedad del hotel, y almorzamos en uno de los mejores restaurantes de cocina italiana de la isla, el vecino La Casa del Parmigiano.
El hotel está localizado en una urbanización eminentemente tranquila de Puerto del Carmen, pero a cinco minutos de agradable paseo nos ponemos en situación de disfrutar de la marcha nocturna del núcleo turístico.