Alexis Hernández
Aquí mismo leí hace unos días en una renombrada WEB, de interés público, un artículo, que pese a mi vago interés sobre el tema, me llamó mucho la atención: “Gastronomía pobre”, de Jorge Marsá. Me produjo tal malestar, si se me permite darme por aludido, que me llevó a escribir estas líneas, aún no dedicándome a ello y dentro de mis límites, y soltando esta pregunta como referencia al mismo: ¿Quién es este señor, para afirmar que la gastronomía de Lanzarote es pobre?
Opino que dicha afirmación le queda demasiado grande, y más aún, el hablar de las raíces y costumbres de un pueblo, del que se puede apreciar, no se siente. Quizás su afirmación no era tal, y mis pensamientos fueran injustos, que este señor tan sólo sepa contar hasta “tres”, a la hora de hablar de las formas de elaborar el pescado en la isla, pues sin ir más lejos, también contamos con el caldo de pescado, acompañado con un poquito de gofio revuelto, por supuesto. O más fácil aún, que este hombre come mal, o no tiene conocimiento, o amigos, probablemente no, que le puedan aconsejar donde ir a comer bien, y sin menospreciar, claro está, los tres únicos lugares que parece tan sólo ha pasado a picar algo.
Creo que debería respetar un poco más la tradición e historia de un pueblo, donde quizás, la comida que él tacha de escasa, para otros resulta de los mejores y más sabrosos manjares, pues donde se encuentre nuestra comida: sancocho, garbanzas, gofio… que se quiten esos restaurantes y comidas, que a tanta distancia de nuestra cocina se encuentran, “gracias a Dios”.
Invitándole, cómo no, como buen hijo de vecino, a mi mesa, o simplemente aconsejarle de un par de lugares donde poder ir a comer, eso sí, “comida de pobres”. Y que aquí nadie pretende, ni desea, cambiar la realidad de nuestra mesa. Un saludo para él y todos los que como él presumen de buenos “críticos”.