Categoría: 4 estrellas.
Ubicación: Primera línea de mar en el núcleo turístico de Playa Blanca.
Habitaciones: Habitaciones doble, familiares, junior suite, e individuales y dobles superiores.
Precio aproximado: Según temporada y categoría, entre los 80 y 120 euros por noche (incluye desayuno).
Solicitud de reserva.
Gigantesco hotel en primera línea del núcleo turístico de Playa Blanca. Sus 589 habitaciones están repartidas en una inmensa pieza de suelo de más de 100.000 metros cuadrados. Localizado junto al enigmático faro de Pechiguera, al oeste de este antiguo pueblo pesquero, el edificio aprovecha todas las potencialidades de la cercana bahía. Así, todas sus estancias y espacios comunes miran al mar. La excelente panorámica del litoral y las vecinas islas de Fuerteventura y Lobos resultan un marco perfecto para el disfrute del sol y la playa.
Rubicón Palace es un alojamiento de trote con un marcado carácter familiar. Su agradecida dimensión alberga ocho piscinas. Seis de adultos y dos platos acuáticos especialmente diseñados para el público infantil. A pesar de su exitosa trayectoria, que ha traído consigo un lleno absoluto en todos los períodos estivales (operativo desde 2001), esta cantidad de lugares de esparcimiento permite encontrar cierta tranquilidad.
Ambiente dinámico
El ambiente del hotel resulta muy dinámico. Su inmensa piscina principal acoge una variada oferta de recreo, actividad física y deporte, tanto para niños como adultos. La posibilidad de práctica de actividades como el trecking, yoga o gimnasio de mantenimiento se combina con la organización de eventos como partidos de waterpolo, fútbol… Rubicón Palace tiene acceso directo a la bulliciosa y atractiva avenida de Playa Blanca. Un paseo polideportivo que recorre todo el núcleo, desde Pechiguera a Papagayo, de ocho kilómetros de extensión. El paquete de ocio se extiende al coqueto spa de agua de mar, cursos de buceo (que incluye bautismo de submarinismo para niños) y los habituales espectáculos de noche en la red de pubs y discotecas del propio hotel. El alojamiento está diseñado desde el prisma del todo incluido. Tiene club infantil, zona de internet y libre uso de wifi en las zonas comunes.
En este sentido, cobra especial importancia la oferta gastronómica. Ésta se concentra en los restaurantes buffet Janubio y Tabaiba. Para tratarse de un hotel de cuatro estrellas, el menú es rico y variado, destacando la posibilidad de servirse del show cooking. Para paladares más selectos, el restaurante Venecia sirve a la carta a sus comensales. Se encuentra situado en la activa plaza canaria, que reproduce las principales características de la arquitectura tradicional, junto a una tasca, el Sports Bar Beefeater, especialmente atractiva de cara a disfrutar de las tranquilas noches sureñas.
Las estancias
Se nota la juventud del Rubicón Palace. Sin grandes pretensiones, su habitación standar está notablemente equipada. No sobresale su decoración, aunque es correcta, y su mobiliario garantiza cierta confortabilidad. Todas las estancias cuentan con una amplia terraza, provista de cómodas tumbonas donde coger el sol. Las moradas suben el nivel con las 36 habitaciones dobles superior, otras 48 individuales y una docena de junior suites, catalogadas con la etiqueta de Privilege. El espacio gana en clase, por la selección de sus complementos y una decoración más lograda. La terraza mantiene un aire más caribeño, gracias a estar rodeada de una holgada pieza de césped natural. El huésped Privilege tiene una serie de privilegios en las zonas comunes como es el chek in privado y el acceso libre y gratuito a la zona vip, una terraza chill out abierta durante todo el día desde la que se obtiene una brillante panorámica sobre la bahía.
No entra dentro de las características de Rubicón Palace el perfil de tranquilidad. Como decíamos al inicio de esta crónica, se trata de un hotel de trote con mucho movimiento y la chiquillería revolotea por cualquier rincón. Su inmensidad afecta también a la accesibilidad dentro del hotel. Sin embargo, atendiendo a su relación de calidad precio se erige en una muy buena opción para unas vacaciones familiares.
En las cercanías del hotel no hay ninguna playa. Para acceder a éstas resulta aconsejable el desplazamiento en coche hacia la otra punta del núcleo turístico. Las playas de Playa Blanca y Flamingo son aceptables, pero las mejores calas se localizan en Los Charcones y Papagayo. Si queremos disfrutar de la noche, además de los pubs, piano bar y disco del hotel, podemos hacerlo en la sugerente terraza de Marea, en Café del Mar y The One del puerto deportivo Marina Rubicón o arrancar la noche bajo los acordes jazzísticos que nos regala cada noche el lujoso Cuatro Lunas del Princesa Yaiza. Playa Blanca está a un cuarto de hora en coche de algunos de los paisajes más espectaculares de la isla: Timanfaya y el triángulo Salinas de Janubio-Charco de los Clicos y El Golfo.