Categoría: Urbanización rural de siete casonas.
Ubicación: A los pies del valle de Haría.
Villas: De dos y tres habitaciones.
Precio aproximado: Según temporada y modelo de villa (3 y 2 dormitorios), entre los 115-125 y 80-90 euros respectivamente por noche (temporada alta: julio, agosto, fiestas de Navidad y Semana Santa).
Solicitud de reserva.
Plano de situación:
Finca La Crucita es una urbanización rural conformada por siete casonas. Incrustada en pleno corazón del valle de las mil palmeras de Haría, hospedarse en ella resulta una garantía de pleno relax. El pueblo norteño es un remanso de paz. De apenas un millar de habitantes, la tranquilidad resulta la tónica general del día a día en un marco de extraordinario ejemplo de arquitectura popular canaria. La localización de Finca La Crucita incrementa de forma notable la sensación de serenidad. Está a unos pasos (unos 300 metros aproximadamente) del rincón más transitado y dinámico de Haría, la plaza León y Castillo, pero a la vez se encuentra totalmente escondido de cualquier vestigio humano. Esta constituye una nítida percepción de la estancia en cualquiera de las casonas: solos, rodeados de las robustas palmeras harianas, donde el silencio sepulcral sólo se rompe con el arrullante susurro de los simpáticos pajaritos que sobrevuelan la vegetación de la zona.
Finca La Crucita se construyó a principios de este siglo XXI y se extiende sobre una superficie de 7.500 metros cuadrados. Goza, por lo tanto, de la plenitud y modernidad de sus estructuras. Sin embargo, la apariencia de la urbanización resulta un calco de la excelencia arquitectónica tradicional de Haría. El conjunto de casonas se encuentra en una sola estructura y se interrelaciona mediante un sinfín de pequeños caminos laberínticos y tranquilos rincones, aunque su inteligente orientación independiza en la práctica a cada una de las moradas. La presencia de las viviendas mantiene un ambiente rústico muy relacionado con el entorno del lugar. El mobiliario resulta muy llamativo por su línea clásica (destacan los armarios y mesas de noche de los dormitorios). La madera juega un papel primordial en el conjunto de la casona. La edificación se encuentra mirando al valle de Haría, dando la espalda a la línea de carreteras y caminos del pueblo.
Las villas
La finca rinde tributo al pausado municipio norteño denominando a cada una de sus moradas con los nombres de algunos pueblos de Haría: Yé, Guinate, Arrieta o Mala. De las siete residencias, cuatro cuentan con tres dormitorios, dos baños, salón y cocina, y las otras tres están equipadas con dos dormitorios, dos baños, salón y cocina. Todas se caracterizan por los amplios espacios de sus estructuras. Escapan de las estrecheses e inciden en la comodidad y el confort. La cocina es inmensa. Está equipada con horno y microondas, nevera y congelador, así como todos los utensilios precisos para las comidas del día. Uno de los dos cuartos de baño está comunicado con el dormitorio principal. También inmensos, resaltan por su moderno y holgado plato de ducha.
El salón es el eje principal de la casona y comunica el interior con la terraza-jardín. Mantiene el tono más moderno de la vivienda gracias a su confortable mobiliario. Sigue la tónica general de la casa con un agradecido espacio. En este sentido, en nuestra opinión, no encaja la televisión con la inmensidad del lugar. Otra cosa que echamos en falta es un hilo musical que permita al huésped intercalar el silencio sepulcral de la zona, con momentos de buena música que acompañen la contemplación del lugar. Acierta la casa al haber incorporado recientemente línea de internet (entre 15-20 euros por semana). El conjunto de la vivienda cuenta con sistema de calefacción que arropa al visitante en cuanto hace acto de presencia la habitual humedad del pueblo norteño. Por su parte, la terraza es lo bastante holgada para aprovechar las hamacas disponibles en sus espacios ajardinados.
¿Qué hacer?
Finca La Crucita fue el lugar escogido por el ex presidente del Gobierno de España, Felipe González Márquez, durante sus vacaciones veraniegas en Lanzarote, en 2007. Los comentarios del histórico político español, a propósito de esta escapada, dan en la diana sobre las características de la urbanización. Idónea para el relax, la lectura, la contemplación, estar en familia, charlar tranquilamente o pasear por el valle de las mil palmeras del pueblo hariano.
Le damos la razón por completo al ex presidente. Sin duda, hospedarse en estas casonas constituye una modalidad alternativa de conocer Lanzarote. Alejados de los saturados núcleos turísticos, podemos cargar las pilas y, a la vez, conocer las bondades de la isla. La edificación se encuentra a unos 10 minutos en coche de las playas y calas de Arrieta, Guatiza, Mala y Órzola. En verano, cuando aprieta el sol, resultan espacios de baño muy agradecidos gracias a la permanente brisa que mitiga el calor. También a un cuarto de hora de La Crucita se encuentran algunos de los mejores centros turísticos ideados por César Manrique. Es el caso de Jameos del Agua, Cueva de los Verdes o Mirador del Río. Para los amantes de la naturaleza, Haría conforma un núcleo imponente. Les recomendamos cualquiera de estos senderos: Haría-El Bosquecillo, Volcán de la Corona, Máguez-Guinate-Gallo o la espectacular estampa de Archipiélago Chinijo procedente del tránsito por El camino de los Gracioseros. Si nos hospedamos con niños, además de que estos puedan perderse por el rústico escenario de la urbanización, tenemos como áreas infantiles vecinas al Parque Tropical de Guinate y el Parque Natural Las Pardelas de Órzola. Por otro lado, si su estancia coincide con cualquier sábado del año, le sugerimos que no pierda oportunidad de aprovechar el ambientazo que se genera en el mercadillo artesanal de la plaza de Haría.
Como puede comprobar se puede combinar perfectamente el descanso y relax de la estancia con múltiples actividades de ocio en las cercanías. Pero si nos vemos atrapados por la magia de La Crucita no hace falta salir de ella para ocupar nuestro tiempo. Dentro de las zonas comunes de la urbanización y sus múltiples vericuentos de piedra natural encontraremos un espacio común arbolado y un pequeño lago-piscina equipado con hamacas bajo la sombra de una imponente palmera. La casa, además, incorpora inteligentemente algunos juegos de mesa. En nuestro caso, llevamos un Scattergories, el tiempo se paralizó por las interminables y disputadísimas partidas.