Cultura Arrecife inaugura el miércoles, 24 de agosto, la exposición Feliz en el Charco de Chico Esteban “Chess”.
El acto tendrá lugar a las 20:30 horas en la Sala municipal de Exposiciones Charco de San Ginés.
La muestra podrá visitarse hasta el 24 de septiembre, de lunes a viernes de 10:00 a 13:00 horas y de 18:00 a 21:00 horas y sábados de 10:00 a 13:00 horas.
34 piezas entre esculturas, pinturas y dibujos de diferentes etapas, algunas de las cuales ya fueron expuestas el pasado mes de junio en la Escuela de Arte Pancho Lasso, como parte de la muestra “Caricatos y Figurantes”.
La exposición “Feliz en el Charco”, organizada por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Arrecife, que dirige Rafael Juan González, está compuesta principalmente por las esculturas gestuales en las que trabaja el artista en la actualidad y que se acompañan de una serie de pinturas y dibujos de diferentes etapas.
Artista multidisciplinar de origen mallorquín afincado en la isla de Tenerife, Chico Esteban se ha formado en el dibujo, el modelado de barro, la talla en madera, la expresión corporal, la fotografía, la música y, posteriormente en el mimo, la pantomima y el clown.
Actor especializado en el mimo, construía las máscaras que usaba en sus representaciones. A partir de ahí, incorpora el concepto “bufonesco” de las máscaras corporales a sus esculturas en barro y va desarrollando el proceso de trabajo que le ha llevado hasta las esculturas gestuales de hoy.
A lo largo de todo este proceso, ha vivido en Francia, Suecia, Polonia, Inglaterra, Estados Unidos y Alemania. Además de Mallorca, Barcelona, Fuerteventura y Tenerife, donde reside actualmente.
Según el propio artista, en las esculturas, más que concepto busca el carácter de los personajes.
Así, su obra está compuesta por figuras irreales, personajes imaginados, tótems, animales o seres casi humanos. Seres de papel, seres de colores, seres para jugar con las emociones, y recuperar así una cierta mirada infantil, que nacen de dibujos hechos en el aire y crecen con el movimiento, para acabar siendo carácter en la multiplicidad del gesto. Y cada uno de ellos cuenta una pequeña o gran historia.