La sede de la Fundación César Manrique (FCM), ubicada en el Taro de Tahíche, acoge el jueves, 30 de octubre, a paritir de las 20:30 horas, la presentación de la novela póstuma del escritor José Saramago Alabardas, alabardas, espingardas, espingardas.
La finalización de la novela se vió interrumpida por el fallecimiento del autor en junio de 2010. La viuda del escritor, presidenta de la Fundación Saramago, Pilar del Río, será la encargada de la presentación.
Intervendrán en el acto la directora de Alfaguara, Pilar Reyes y el director de la Fundación César Manrique, Fernando Gómez Aguilera. Ambos formarán parte de una mesa redonda moderada por el periodista Jaime Puig.
La novela incompleta, editada en España por Alfaguara/Penguin Random House, que ya ha aparecido en Portugal, Brasil e Italia, se publica acompañada de dos textos, uno de Fernando Gómez Aguilera y otro de Roberto Saviano, e ilustraciones de Günter Grass.
En la edición se incluyen también las notas en las que Saramago fue apuntando diversas reflexiones sobre el desarrollo de la novela, desde los problemas técnicos que se iba encontrando hasta su disgusto por las interrupciones en la dedicación a la tarea de escribir o los avances y expectativas que se le planteaban.
En su último empeño narrativo, abordado cuando su salud se encontraba ya muy dañada, Saramago se enfrenta a un gran asunto que afecta a la humanidad: la producción de armas y la violencia de la guerra. A modo de un golpe en la conciencia del lector, el Premio Nobel afincado en Tías (Lanzarote) indaga en el oscuro mundo de la industria bélica.
Fernando Gómez Aguilera, que acompañó a Saramago en sus últimos días y pudo seguir de cerca el desarrollo de la obra, recuerda en su texto las circunstancias que rodearon la escritura de las páginas de Alabardas, al tiempo que interpreta la novela en el contexto de la producción del narrador, a partir de lo escrito y de los propósitos del autor.
Roberto Saviano, buen conocedor de los resortes de la violencia, ha dicho de Alabardas: “Estas nuevas páginas de Saramago son (…) como un manual de traducción de sonidos, percepciones e indignaciones. La historia de Arturo Paz Semedo supone una revelación para el lector más distraído, para la lectora más atenta, para el erudito más riguroso, para el filólogo más cínico. Es una orquesta de revelaciones”.