Como cada año, la Fiesta o Noche de San Juan en Lanzarote da la bienvenida al verano.
Una mítica celebración en la que las playas de Lanzarote se llenan de hogueras, asaderos populares, fuegos artificiales, conciertos y eventos para todas las edades.
Es, sin duda, una de las noches más mágicas y divertidas del año en la isla de los volcanes.
La Noche de San Juan en Lanzarote
Cada 23 de junio se celebra la Noche de San Juan en Lanzarote y miles de hogueras adornan la isla.
Una mágica noche en la que diversión y superstición van de la mano.
Tal era su importancia que, hasta hace pocos años, el día San Juan era un día no laboral.
Y según cuentan nuestros mayores, antes de la llegada del turismo a Lanzarote, allá por los años 60, se procuraba tener terminadas las labores del campo para poder celebrar esta noche de fiesta en familia y con amigos.
El ritual de las hogueras
En la Antigüedad, eran muchas las culturas que rendían tributo al solsticio de verano.
Momento del año a partir del cual los días irían haciéndose más cortos (o más débiles) hasta alcanzar el solsticio de invierno.
En este sentido, para conmemorar el día más largo del año, lo tradicional era encender hogueras para así purificar el Sol y darle más fuerza.
En Lanzarote, semanas antes del 23 de junio, los niños, ayudados muchas veces por los mayores, van recogiendo maderas y los van amontonando en descampados y solares.
Montañas de maderas que suelen ser coronadas con un muñeco llamado Facundo.
Y que en la medianoche del 23 al 24 se prenden fuego para convertirlas en grandes hogueras visibles desde casi cualquier punto de la isla.
Alrededor de estas purificadoras hogueras, familias y amigos preparan asaderos.
Las chuletas y sardinas, dos de los ingredientes más habituales de cualquier asadero en la isla, se ven acompañados por las tradicionales Piñas (Mazorcas de Maíz) asadas directamente al fuego de la hoguera.
El primer baño del año
A la tradición de las grandes hogueras y asaderos de piñas, hay que añadir otro ritual muy arraigado.
Y es que el Día de San Juan en Lanzarote, era el día de ir en familia a la playa a darse el primer baño oficial del año.
Se solía decir que bañarse antes de esa fecha era malo.
Fiestas de San Juan en Haría
La noche de San Juan en Haría siempre ha sido muy especial y llena de magia.
El municipio celebra cada año el día grande de las fiestas con misa, la tradicional procesión en honor a su Patrón, San Juan Bautista, y la quema del Facundo.
Y es que la relación de San Juan con Haría es bastante antigua.
El origen de ésta data del siglo XVI, año de la fundación de la iglesia.
Por aquellas fechas, ocho días antes de la fiesta del patrono, las campanas retumbaban en el valle anunciando con ímpetu la fecha esperada.
Tal y como sucede en la actualidad, los vecinos de Haría transportaban a hombros al Santo Patrón desde la Ermita de San Juan hasta la iglesia, en el centro del pueblo.
Allí el Santo permanecía durante ocho días, para luego ser devuelto a su lugar habitual.
El día clave, grandes hogueras ardían en las cumbres de las montañas del valle, a la vez que en el centro del pueblo se pretendía la «hoguera mayor», de dimensiones superiores a las restantes.
Jóvenes y menos jóvenes, pero con gran habilidad, daban grandes saltos sobre las incesantes llamas para ahuyentar a los malos espíritus.
Como complemento de las fiestas se organizaban actos deportivos que incluían luchadas, juego del palo, y el tradicional «cuarenta y raya».
Machango Facundo
En 1964 se introdujo la quema de un machango o muñeco de trapo hecho a tamaño real, al que llamaron Facundo.
Una vecina del municipio, concretamente de Punta Mujeres, ha sido la encargada de hacer a Facundo las últimas décadas.
Los Diablos de Haría
En 1994, un grupo de jóvenes del municipio de Haría decide hacer algo diferente para la noche de San Juan en Lanzarote.
Querían darle un toque de misterio y diversión.
De este modo surge la idea de los Diablos de Haría, unos seres con aspecto terrorífico y grandes cuernos.
Deciden formar un grupo con jóvenes del municipio, proponen su idea y reúnen a un total de 12 personas.
Ellos mismos diseñaron y confeccionaron tanto sus trajes como sus mascaras, que según dicen son únicas porque se rompe el molde después de su creación.
En sus primeros años, la aparición de estos Diablos en la hoguera de San Juan era un misterio.
Ellos pedían no ser anunciados para poder así sorprender al público asistente.
Cuando todo el mundo estaba ya preparado para ver como se encendía la hoguera, entonces aparecían estos Diablos.
Crearon desde su nacimiento una gran expectación y tuvieron una gran acogida por parte del público asistente, tanto es así que ya llevan más de 20 años siendo parte imprescindible de esta noche mágica en Haría.
Hoy en día el espectáculo de los Diablos de Haría es más que conocido.
Grandes y pequeños esperan su salida hasta bien entrada la noche.
Son muchos los que se desplazan hasta el norte para poder disfrutar de esta noche única y diferente.
Los chicos y chicas que forman los Diablos siguen estando en el anonimato y solo ellos saben quienes son los integrantes del grupo.
Ellos deciden todo lo que respecta a sus trajes y su espectáculo y cada año preparan su aparición intentando sorprender al visitante con su “Danza del Fuego”.
Algo diferente para una noche llena de misterio en la que se da la bienvenida al verano.
El origen de la Noche de San Juan
El origen de esta tradición es pagano y mucho más antiguo que su celebración cristiana.
En realidad, la Noche de san Juan commemora la llegada del día más largo del año, es decir, el solsticio de verano en el hemisferio norte.
Esta tradición ha tenido siempre un gran arraigo en países como España, Portugal, Noruega, Suecia, Finlandia o Dinamarca.
En América Latina, en países como Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Perú, Puerto Rico o Venezuela, la noche de San Juan también está asociada a antiguas tradiciones y leyendas.
La llegada del Cristianismo
Una vez que nació el cristianismo, muchas tradiciones paganas fueron absorbidas por el calendario cristiano.
De hecho, la conmemoración de la noche más larga del año fue asociada a un evento puramente cristiano: el nacimiento de San Juan Bautista que, según la Biblia, tuvo lugar el 24 de junio.
Como curiosidad, se trata del único santo por el que se celebra una festividad en el día de su nacimiento, ya que lo habitual es festejar el aniversario de sus muertes o el traslado de sus reliquias.
Dicen que un 24 de junio, justo seis meses antes del nacimiento de Jesucristo, vino al mundo San Juan Bautista.
Si embargo, la comunidad científica se inclina más por el origen pagano de esta celebración directamente relacionado con la famosa noche de San Juan que tiene lugar del 23 al 24 de junio.
Y precisamente tiene lugar en esas fechas porque es la noche más corta del año, aunque aquí los expertos indican que ésta tiene lugar del 20 al 21 de junio, que es precisamente cuando se hace oficial el cambio de estación de la primavera al verano.