Fiquinineo esconde restos de la evolución de un poblado de origen aborigen, morisco, portugués y castellano. El pasado de Lanzarote se descubre de nuevo en este yacimiento arqueológico.
El Cabildo pretende poner en uso este espacio para dar a conocer el pasado de la isla a turistas y residentes con la habilitación de un sendero interpretativo que iría de Soo a Teguise. De hecho, continúa apoyando los trabajos de investigación que se están llevando a cabo. Y es que, además de ser considerado uno de los yacimientos más emblemáticos de Lanzarote y representativo de la cultura lanzaroteña de El Jable, los restos del pasado de la isla encontrados en esta excavación datan desde la época aborigen de los majos.
Día atrás, el equipo de investigadores y especialistas dirigido por Efraim Marrero Salas e Ithaisa Abreu Hernández, iniciaron la que ya alcanza la sexta campaña arqueológica en este yacimiento enclavado en la parte central de El Jable de Arriba, en el término municipal de Teguise, zona conocida también como la Peña de las Cucharas.
El yacimiento
Su dilatada vigencia de uso y explotación a lo largo de al menos 17 siglos y la continuidad de los trabajos de investigación lo convierten en uno de los yacimientos de referencia de este peculiar ecosistema de Lanzarote, que además de configurarse como un suelo fértil desde el punto de vista agronómico, conserva una impronta única por el carácter de su suelo y se convierte en un eje central para entender la ocupación de la cultura morisca de Lanzarote, una vez concluida la conquista normanda de la isla y su sometimiento a la Corona de Castilla.
La actual campaña que se desarrolla en estos días, se centra en el área norte del interior de las estructuras arquitectónicas que se localizan en la misma peña y que han sido objeto de investigación en las últimas campañas que se han llevado a cabo en este enclave del municipio de Teguise. Las estructuras murarias encontradas responden a una funcionalidad habitacional y fueron objeto de restauración extensiva en la pasada campaña desarrollada en 2012.
Los objetivos para este año se centran en la conservación de la citada fase norte y se ha comenzado a excavar el suelo de ocupación estrictamente perteneciente al periodo aborigen.
De las campañas anteriores, el Cabildo de Lanzarote destaca la recuperación de un grano de cebada sometido a fuego que sirvió para obtener una cronología absoluta del siglo XVII, en concreto de 1.650, siendo contemporáneo este nivel en el que fue recogida la semilla, con el suelo en el que se localizó una vasija de cerámica de contención e importación, fabricada a torno en los alfares sevillanos. Esta pieza posee su interior vidriado y se destinaba al almacenamiento y transporte de líquidos (aceite o vino).
Igualmente se ha exhumado un conjunto de piezas, entre las que destaca una empuñadura de puñal, fabricada en hueso provista de una decoración con motivos circulares; cuatro fragmentos de una espada metálica; un dedal, monedas portuguesas, diversos objetos decorativos y de adorno fabricados en distintos materiales, como oro, plata, azabache, coral o turquesa. Igualmente destaca una lucerna fechada en el siglo XVII, similar a otra pieza excavada en la Cueva Pintada, en Gáldar, Gran Canaria.
Con respecto al material perteneciente a la cultura aborigen, resalta la presencia de un punzón fabricado con una pieza ósea de cabra que conserva parte de su colágeno, y del que se pudo obtener una cronología, arrojando la fecha de 1.290. Además se han excavado diversas piezas fabricadas en piedra de calcedonia. De ellas destaca igualmente la presencia de la totalidad de la cadena operativa de fabricación, ya se han excavado piezas totalmente acabadas, otras que cuentan con una completa fase de pulido, o bien se encuentra la materia prima sin someterse a manipulación alguna.
El equipo de trabajo dirigido por Efraim Marrero Salas e Ithaisa Abreu Hernandez lo componen varias personas especialistas. Así José de León Hernández se ocupa del estudio territorial del jable desde una visión de comprensión global de este ecosistema; Moisés Tejera Tejera además de los trabajos estrictamente de investigación arqueológica se responsabiliza de los de naturaleza etnoarqueológica; Gabriel Monzón Batista especialista en restauración se ocupa de los trabajos encaminados al mantenimiento y conservación de las estructuras arquitectónicas de piedra y que ocupan, por ahora, la parte central de la peña y que no se han excavado en su totalidad.
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