Dos piscinas con chorros para espalda, hombros y piernas; gran jacuzzi; tres saunas (una de ellas es un baño turco).
Horario: Todos los días de 11:00 a 18:00 horas.
Tarifa: 24 euros. Oferta para residentes, 12 euros.
Teléfono: 928 590 828
Dirección: C/ Atalaya, 3, Costa Teguise.
Plano de localización:
La mayor apuesta de hidroterapia de Lanzarote. El spa del Beatriz de Costa Teguise se asienta en una holgada superficie donde se secuencian las terapias de agua y el complemento de las termas. El circuito, denominado Initivm, se cubre en aproximadamente dos horas. Los tratamientos acuáticos se distribuyen en dos amplias piscinas bien diferenciadas. En la primera, que nos da la bienvenida tras el paso por los vestuarios, se concentra esencialmente en el tren superior de nuestro cuerpo. Las diferentes estaciones, automatizadas en su temporalidad, inciden con sus cascadas y chorros o cuellos de cisne en la musculatura dorsal, cervical y lumbar, así como en las extremidades superiores, tanto en su cara anterior como posterior.
La temperatura del agua, a 30-32º, se compensa con el paso medido por alguna ducha de pulverización de agua fría. Si es importante seguir las sencillas instrucciones, lo es más aún respetar los tiempos marcados para cada estación. La automatización no resulta gratuita. La presión continuada del agua en una zona, por muy placentera que pueda ser, no es aconsejable. Se recomienda, pues, respetar las interrupciones marcadas por el sistema y a la vuelta de la esquina tendremos una nueva sensación de relax en otro grupo muscular.
Superada la terapia de la primera piscina, podremos tomarnos un kit kat en las hamacas dispuestas por el salón cuya iluminación es sobresaliente gracias a los amplios ventanales que miran a los jardines principales del hotel Beatriz. En este sentido, no hemos visto un spa con mejor iluminación. Con el breve respiro nos sentará mejor el asalto al segundo plato acuático. Esta vez nuestra musculatura inferior, bíceps femoral, cuádriceps y gemelos, será la gran beneficiaria. Nuevamente los chorros, en su mayor parte en la profundidad, trabajarán a diferentes intensidades mejorando la circulación y el estado de los músculos. La guinda al tratamiento lo recibimos en las camas de burbujas, donde acostados recibiremos la bendición de miles de burbujas que nos mantienen en la horizontalidad. Sin embargo, y hablando de guindas, el mejor premio proviene del paso por el inmenso jacuzzi que localizamos en un lateral de esta segunda piscina. Exagerando podríamos afirmar que el jacuzzi acogería sin problema a un equipo de fútbol. Es amplísimo y esos diez minutos de baño intenso de burbujas viene de perlas.
Las termas
La hidroterapia concluye en el jacuzzi. No obstante, el tratamiento corporal se complementa con un paseo por el circuito termal. ¿El propósito? Eliminar toxinas mediante la sudoración. También en este aspecto el spa del Beatriz de Costa Teguise ha diseñado un completo itinerario. De manera inteligente va adaptando el cuerpo al aumento de temperatura. La primera parada, de 7-8 minutos, la tenemos en el Tepidarivm.
Una sala con asientos de mármol que está a 37-39º. El siguiente paso lo encontramos en la Therma que a 45-60º empieza a dilatar nuestras glándulas sudoríparas. Para evitar cualquier síntoma de desfallecimiento resulta importante hacer uso de la fuente de hielo y aplicar el mismo en nuestras terminaciones nerviosas de manos, abdomen y cuello. El contraste de frío y calor constituye un buen aliado para beneficiarnos de la terapia Hamman, de origen arábico, que se centra en la emisión de vapores continuos elevando la humedad a 40-45º. Una ducha con sensores de pulverización fría nos prepara para la última estación. La sauna, amplísima, que a casi 90º consigue que eliminemos todas las toxinas. Se recomiendan unos diez minutos. Una cascada de agua fría nos repondrá y concluiremos así, como nuevos, el circuito de hidroterapia y termal.
El centro del spa Beatriz Costa Teguise es mucho más que hidroterapia. Un surtido amplio de actividades relajantes compone el programa de salud. Entre otras, las cabinas con bañeras de hidromasaje individualizadas o de parejas; salas de masaje por parejas; flotarium, una especie de cápsula con tintes de ciencia ficción de agua y sal que nos mantiene, literalmente, haciendo el Cristo sin esfuerzo; ayurveda, piedras calientes… Todavía no hemos combinado la sesión de spa con alguno de estos tratamientos, pero aparentemente debe ser algo parecido a tocar el cielo.