CÓMO ABORDARLO: Dejar un coche en Playa Quemada y otro en Femés.
DISTANCIA: 7 kilómetros.
DIFICULTAD: Media-baja.
DURACIÓN: Tres horas y media.
A TENER EN CUENTA: Llevar ropa y calzado adecuado. Agua. Alguna chocolatina y bollería. Gorra y crema solar. No nos olvidemos del móvil.
PARA DESPUÉS DEL PATEO: Chapuzón en Playa Quemada. Almuerzo en Playa Quemada o Femés.
Desde lo alto de Femés se presentan tres posibles rutas a través del Monumento Natural de Los Ajaches, en el sureste de Lanzarote, en dirección a Playa Quemada, una de las zonas de playa más espectaculares de la isla. Este es un camino perfectamente delimitado por la red de senderos. En el centro del pueblo de Femés encontraremos un cartel informativo de los trayectos que podremos emprender. El más recomendable, en nuestra opinión, es el que transcurre entre Femés y Playa Quemada, identificado durante todo el recorrido por un círculo de color violeta.
Desde el primer momento percibiremos el inmenso valle de Femés que atravesaremos durante la jornada. En general, las veredas a transitar son estrechitas, correspondientes a los rebaños de cabras muy tradicionales en la zona. Por consiguiente, y en un primer estadio, debemos caminar con cuidado por los márgenes zigzaceantes del sendero y muy pendientes del suelo, accidentado y en mal cuidado.
A pesar del monótono paisaje, Los Ajaches te atrapan por el contraste paisajístico entre el ambiente seco de las montañas y el azul cielo, que parece eterno, de la mar. Desde diferentes puntos del trayecto será posible atisbar la isla de Lobos y las dunas de Corralejo, en Fuerteventura, al sur, y hacia el norte la costa sureste lanzaroteña, con Playa Quemada, Barranco del Quíquere y Puerto del Carmen. Todo ello envuelto de una extraña, y en ocasiones desesperante, quietud procedente de la asocada franja sureste de Lanzarote.
El minijardín de Cactus, las playas
Transcurridas unas dos horas de caminata nos encontraremos en el umbral de entrada a las negras y espectaculares playas de Playa Quemada. Les recomendamos que inicien la bajada a la costa, tal y como indican las señales violetas del camino, por la playa situada más al sur desde su posición.
La reconocerán con facilidad porque a escasos metros del mar detectarán un manchón verde (de los pocos en Los Ajaches), producto de la paciente mano de una pareja de lugareños de Arrecife que se han aplicado en su creación desde principios de los 90 del siglo XX. Sin nombre oficial, lo hemos bautizado como el minijardín de Cactus.
Un pequeño vergel de pinos y cactus que coquetamente decorado lo hace propicio para el descanso y el avituallamiento. Las limpias y tranquilas aguas de esta cala invitan asimismo a un primer baño si el clima acompaña. Sin embargo, lo suyo es apropiarse por un tiempo del recoveco creado por la pareja de arrecifeños y, una vez instalados, dejarse llevar por la curiosa exposición de detalles de la mar dispuestos en una pequeña cueva cercana al minijardín. Muchos senderistas han dejado su recuerdo en la zona, bien en palabras escritas sobre callaos, bien con algún detalle nuevo en la exposición.
Una vez recuperado el aliento, retomaremos el camino en dirección norte hacia Playa Quemada. Este tramo final se hace algo durillo por las constantes subidas y bajadas de un terreno irregular. Entre las veredas de cabras accederemos a la playa de El Pozo para terminar un poco más al norte, en la playa negra de Playa Quemada. Son tres calas diferentes con pocos bañistas y que se caracterizan por la quietud de sus aguas.