Hotel MeliĆ” Salinas (Costa Teguise)
CategorĆa: 5 estrellas (Gran Lujo).
Ubicación: Primera lĆnea de mar en el nĆŗcleo turĆstico de Costa Teguise.
Habitaciones: Doble, junior suites, master suites y villas.
Precio aproximado: SegĆŗn temporada y categorĆa, entre los 125 y 250 euros por noche con desayuno incluido.
Un referente en el sector alojativo lanzaroteƱo. Han pasado mĆ”s de 30 aƱos desde que el MeliĆ” Salinas se pusiera en pie y todavĆa mantiene ese aura distintiva. El muy particular sello del artista lanzaroteƱo CĆ©sar Manrique brota en todos los rincones del edificio. Una fastuosa estampa botĆ”nica, complementada con el suave arrullo de cascadas de piedra natural, da la bienvenida al huĆ©sped. Con el paso del tiempo, las mil y una especies han contorneado cada una de las cuatro plantas del resort, confiriĆ©ndoles un agradable frescor.
El sello manriqueƱo se percibe con mayor nitidez en el amplĆsimo piscina-lago. El exquisito equilibrio de claros y sombras, la juguetona figura de las palmeras, el aprovechamiento de la piedra natural en el plato acuĆ”tico o el inteligente uso de los principales ingredientes de la arquitectura tradicional canaria, nutren al espacio de una singular estĆ©tica. Una belleza rĆŗstica que estĆ” reƱida, en algunas partes, sobre todo en su suelo, con la confortabilidad de la zona.
Otro aspecto a destacar, tónica dominante en el arte pĆŗblico de Manrique, resulta del aprovechamiento de la estratĆ©gica situación del MeliĆ” Salinas, en primerĆsima lĆnea de mar, para dispersar los espacios de relax contemplativos alrededor de la piscina. La atmósfera de quietud se confirma en el placentero mobiliario, a donde llega la caĆda del mar de la playa de Los Charcos y la envolvente caĆda del agua en las cascadas de piedra natural.
El alojamiento
El hotel estĆ” pensado para el pĆŗblico adulto. Una nueva estrategia que deja de lado los menĆŗs infantiles, el miniclub o las actividades de entretenimiento para los mĆ”s pequeƱos. Las 272 habitaciones del MeliĆ” Salinas se distribuyen en 214 dobles, 18 junior suite, 28 master suite, 9 garden villa y una garden villa presidencial. A la mĆ”s comĆŗn, la doble, se le nota el paso del tiempo. Demasiado sencilla y poco equipada para corresponderse a un cinco estrellas de gran lujo. De hecho, la dirección se encuentra inmersa en pleno proceso de adaptación de estas habitaciones. Sin embargo, la decoración minimalista que protagoniza el conjunto de la morada, asĆ como su bien aprovechada terraza que mira al mar le confieren, unido a la relación calidad-precio, un punto mĆ”s que aceptable. La etiqueta del resort gana enteros, y de quĆ© manera, gracias a la transformación de la unión de dos antiguas habitaciones dobles que ha generado 28 master suites. La junior resalta por su doble terraza con mobiliario confortable y el aƱadido de un pequeƱo minibar y saloncito. La master es un compendio de modernidad, lujo y confort. Modernidad por la riqueza de equipamientos tecnológicos, como las dos televisiones de plasma y el hilo musical. Confortable por la holgura y distribución de sus espacios con vestidor, salón y cocina. Y lujoso por su suelo de parquĆ©, un jacuzzi en el cuarto de baƱo y otra baƱera de hidromasaje en una de sus dos terrazas. Sublime resulta la sensación de darse un tratamiento acuĆ”tico mientras te pega el sol. El toque minimalista de su decoración redondea una habitación que quita la respiración. El esfuerzo de la dirección en poner al dĆa una infraestructura de finales de los 70 ha reflotado al MeliĆ” Salinas.
No va mƔs
El salto cualitativo del hotel con sus suites queda en un segundo plano cuando nos adentramos en las villas privadas. Si las primeras, sobre todo con las master, quedĆ”bamos sin respiración, las villas pueden curar el hipo. DiseƱadas por el arquitecto Ćlvaro Sans, estos chalĆ©, ademĆ”s de su majestuosa construcción y envidiables equipamientos, incorpora servicio personalizado durante las 24 horas del dĆa. Las villas ocupan un Ć”rea de 750 metros cuadrados rodeados por un exclusivo jardĆn. Cuenta con una piscina privada de 28 metros cuadrados, camas balinesas y lujosas hamacas para tomar el sol y relajarse. Un comedor, estratĆ©gicamente situado, aprovecha toda la magia que emana del jardĆn. La casa estĆ” decorada con una sofisticada gama de colores marrones, una ropa de cama de color marfil y unos accesorios de caoba oscura, que en su conjunto resultan una significativa muestra de elegancia balinesa.
El espacio reservado de las villas, totalmente independiente del resto del hotel, se asemeja a un jardĆn botĆ”nico. Cuenta con una pacĆfica zona comĆŗn con una piscina rectangular, extensĆsima, que posibilita perfectamente la prĆ”ctica de la natación. A este reservado pueden acceder los huĆ©spedes de las junior y master suite. La gerencia no permite el acceso de menores de 16 aƱos, por lo que la sensación de extrema quietud del piscina-lago del resort se incrementa en este espacio. Como servicio de lujo los visitantes tienen a su disposición las viandas disponibles en el snack bar (refrigerios, champĆ”n, bollerĆa…). Todo un acierto el surtido aƱadido de fruta y queso entre las 13:00 y 14:00 horas, reponedor de tanto relax.
VeteranĆa en los fogones
La antigüedad del MeliÔ Salinas trae consigo uno de sus principales activos. El servicio gastronómico resulta uno de los mejores de las cadenas hoteleras de la isla. La estética tradicional canaria y los motivos subtropicales del salón principal acompaña la apuesta por la comida fresca, donde sobresale la cocina internacional y mediterrÔnea. Rodeados de un mural original en piedra natural de Manrique, el interior se aleja de las aglomeraciones gracias a una estudiada distribución de los espacios. No obstante, preferimos la degustación en la terraza exterior para recrearnos con la panorÔmica del lago piscina manriqueño. La cocina trabaja con agilidad en el show cooking y la variedad de los productos, y su calidad, es notable.
Como complemento culinario, con la playa de Las Cucharas a nuestros pies emerge Casa Canaria. Se trata de una coquetĆsima edificación con simpĆ”ticas estancias que replican las variables mĆ”s destacadas de la arquitectura tradicional. En ella convergen, aunque de manera independiente, tres tipos diferentes de cocina: La Tarantella, especialista en exquisiteces italianas; La Bodeguita, con una carta tradicional espaƱola que incluye vinos de primeras marcas y sofisticadas tapas; y Especias, dedicado a quienes sienten predilección por la variedades de los platos procedentes del arroz. Sin embargo, tratĆ”ndose de un cinco estrellas de gran lujo, se da una paradoja con estas distinguidas estancias. Su apertura depende del grado de ocupación del hotel.
El apartado de ocio del MeliĆ” Salinas va en sintonĆa con su tranquila atmósfera. Tres pistas de tenis junto a la brisa marina de Las Cucharas, dos de moqueta de muy buen ver y funcionales y una de cemento inexplicablemente en mal estado, minigolf y pista polideportiva al aire libre. Llama la atención un programa de actividades en el que el huĆ©sped puede aprender, por ejemplo, a elaborar el tradicional mojo canario. Cada dĆa tienen lugar espectĆ”culos de mĆŗsica en vivo y animaciones. El resort estĆ” equipado con wifi en las zonas comunes. Por otro lado, un breve paseo lo situarĆ” en la refrescante noche de Costa Teguise, con multitud de oferta de restauración y noctĆ”mbula.