Bienestar digital infancia: la pediatra Salmerón alerta sobre pantallas

Bienestar digital infancia: la pediatra Salmerón alerta sobre pantallas

María Angustias Salmerón, pediatra especializada en salud digital y bienestar infantil
María Angustias Salmerón, pediatra y presidenta de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia. Crédito: Fundación «la Caixa».

«Si necesitas que tu hijo lleve un móvil para ir a comprar el pan, es mejor que no le dejes ir.» Con esa frase, la pediatra María Angustias Salmerón resume una idea incómoda pero necesaria sobre el bienestar digital en la infancia: si crees que tu hijo necesita el móvil para estar seguro, quizás lo que realmente piensas es que aún no está preparado para salir solo.

Salmerón, presidenta de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia y especialista en salud digital, participó recientemente en un debate sobre menores y tecnología en el Palau Macaya de Barcelona, organizado por la Fundación «la Caixa». En la entrevista posterior, no se mordió la lengua.

Lo que ve en consulta (y debería preocuparnos)

La lista de síntomas que describe es larga y va en aumento: miopía disparada, casos de estrabismo por mirar pantallas demasiado cerca, niños que no duermen bien porque se llevan el móvil a la cama. Pero también cosas que quizás no esperabas: niños de ocho años adictas a los cosméticos (lo llaman «cosmeticorexia»), menores consumiendo pornografía a edades muy tempranas, adolescentes con conductas violentas.

«El día tiene las horas que tiene», explica Salmerón. «Si el tiempo se pasa frente a una pantalla, se reduce el tiempo de sueño, de ejercicio, de comer bien, de relacionarse de verdad.» Es lo que los expertos llaman el «efecto desplazamiento»: mientras estás en el móvil, no estás haciendo otras cosas.

La trampa del «nativo digital»

Hay un mito que Salmerón desmonta sin piedad: eso de que los niños de hoy son «nativos digitales» y por tanto saben manejarse solos. «La facilidad de uso no significa que el menor esté capacitado para un uso responsable», advierte. Saben deslizar el dedo, sí. Pero no tienen las herramientas cognitivas para gestionar el tiempo, el contenido o el impacto emocional de lo que ven.

Y aquí viene lo incómodo para los adultos: «El ejemplo de los padres es determinante. Entre lo que se dice y lo que se hace, el niño siempre se quedará con lo que ve.» Traducción: si no quieres que tus hijos se lleven el móvil a la cama, tú tampoco deberías hacerlo.

¿Qué dice la ciencia? Cuanto más tarde, mejor

La Asociación Española de Pediatría es tajante: no existe un tiempo seguro de exposición a las pantallas cuando los niños son pequeños. Nada de pantallas antes de los seis años. Entre los 7 y los 12, máximo una hora diaria y siempre acompañados. A partir de los 13, especial cuidado con los móviles fuera de las habitaciones.

Salmerón añade pautas que quizás no habías pensado: evitar el ruido de fondo constante (la tele encendida todo el día, por ejemplo) porque afecta al desarrollo de la memoria inmediata. «El cerebro necesita aburrimiento y silencio», dice. Y recuperar las comidas en familia sin pantallas, que según los estudios reducen un 30% el consumo de sustancias en la adolescencia.

Lo que pide a las empresas tecnológicas

Aquí Salmerón se pone seria: pide legislar con las mismas exigencias que aplicamos a la industria farmacéutica. «Les pedimos que demuestren que sus productos no son dañinos antes de lanzarlos. ¿Por qué no hacemos lo mismo con la tecnología?»

Y remata con una reflexión que aplica a todos, no solo a los padres: «Creo que la vida es lo suficientemente corta como para que nos preguntemos qué queremos hacer con nuestro tiempo.»

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Última actualización: 12/12/2025.

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