Un lugar secreto y apartado
Las piscinas naturales de Los Charcones de Lanzarote conforman uno de los rincones más secretos de la isla.
Un tesoro muy poco conocido y un verdadero paraíso de relajación.
Los Charcones se encuentran no muy lejos de la bulliciosa zona turística de Playa Blanca, pero sí de sus pobladísimas playas.
Disfrutar en cualquier piscina natural de agua de mar resulta una poderosa carga de pilas.
Situados en la costa suroeste de la isla, Los Charcones se benefician de un clima más fresco.
Los casi constantes vientos dominantes en la zona hacen más llevadero el peso del sol.
Un hotel abandonado en medio de la nada
Las piscinas naturales de Los Charcones se extienden desde su primera localización, a unos dos kilómetros al norte del Faro de Pechiguera, hacia el norte en dirección a Janubio.
Sus recovecos más espectaculares coinciden con un hotel abandonado en medio de la nada.
El tétrico edificio, en pie desde mediados de los 70 del pasado siglo, constituye un auténtico insulto a esta franja de costa, bella y majestuosa.
El mar renueva las aguas de las piscinas, resultantes de las caprichosas formas orográficas por el paso de la lava.
Hay piscinas bastante profundas que nos permiten un buen salto y otras de escasa profundidad que invitan a una forma de baño relajante. Cuestión de gustos.
La tranquilidad de la zona siempre invita al relax. Un buen libro se erige en acompañante perfecto.
Otra opción es hacerse una ruta de piscinas naturales.
Puedes pasear tranquilamente por la costa y darte un bañazo en la piscina que te resulte más apetecible.
Algunas son de fácil acceso, mientras que otras no tanto.
Eso sí, siempre conviene extremar la atención cuando estás a pie de piscina.
El fuerte mar de fondo de la zona puede resultar traicionero.
Pero una vez bien ubicados, toca disfrutar.
En verano, el día en Los Charcones puede prolongarse hasta las ocho de la tarde, aunque conviene no despistarse y evitar la falta de luz para volver al coche.