La Playa de Doña Juana es más conocida en Lanzarote como playa del Hotel, ya que sobre su figura emerge la primera instalación hotelera en la isla, Hotel Fariones (finales de los 60 del siglo XX), Cueva de doña Juana es una tranquilísima cala de este núcleo turístico. Junto a su vecina playa de Pila de la barrilla se aleja de las playas atestadas de gente de Puerto del Carmen, como Playa Blanca, Matagorda o Los Pocillos. Además de sus condiciones sobresalientes en cuanto a calidad de jable y sus inmejorables y apetecibles aguas, destaca por su magnífica orientación que le permite estar guarecida del constante viento que sopla en Lanzarote.
El ambiente apacible se une al seguro de sol que constituye la elección de Puerto del Carmen como núcleo turístico. Así, Cueva de doña Juana resulta sinónimo de confort y bienestar para el pequeño paseo matutino, los castillos de arena con los niños o la natación en el medio natural. Sus apenas 60 metros de extensión pueden llevarnos a confusión. En días de marea baja, la playa gana en dimensión gracias a su notable ancho medio. Con la marea llena tampoco hay problema por los diferentes reposaderos de piedra natural alrededor de la zona de jable y en los extremos de la cala.
El principal pero de Cueva de doña Juana es su tercermundista acceso. Éste se realiza por un paseo de piedra natural y jable que conecta Pila de la barrilla con esta cala. La llegada a la playa se lleva a cabo superando una escalera de piedra con algunos escalones derruidos por el paso del tiempo. Cobra sentido, pues, la denominación popular de esta playa como la del Hotel. Sin embargo, el maltrecho y sinuoso paseo no ha impedido el uso y disfrute de sus magníficas condiciones de los ciudadanos y visitantes de la isla, se hospeden o no en el Hotel Fariones.
Otro aspecto a destacar de Cueva de doña Juana es la cercanía de un pequeño pero maravilloso muellito. Con marea llena, resulta otro reducto de tranquilidad y buen baño, además de erigirse en espacio lúdico por los saltos al agua desde diferentes alturas y posiciones. Ya saben, quedarse suspendido en el aire y entrar al mar de cabeza, de pie con dos dedos apretándote la nariz o de revoltosa y salpicona botija.
Resumen
60 metros de exquisita cala en el núcleo turístico de Puerto del Carmen. Playa tranquila, estado de la mar apacible.
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